Oasis regresa después de 16 años el mismo fin de semana que Ozzy Osbourne da un último concierto con Black Sabbath. Historia pura para el rock.

Oasis regresa después de 16 años el mismo fin de semana que Ozzy Osbourne da su último concierto con Black Sabbath: Historia pura para el rock

El mundo del rock ha sido sacudido por dos noticias que marcan un antes y un después en la historia del género. En un giro que nadie anticipaba, Oasis, la icónica banda británica liderada por los hermanos Gallagher, ha anunciado su regreso a los escenarios después de 16 años de separación. Como si eso no fuera suficiente, el anuncio coincide con el último concierto de Ozzy Osbourne junto a Black Sabbath, poniendo punto final a una era dorada del heavy metal. Este fin de semana, el rock celebra un renacimiento y, al mismo tiempo, se despide de una leyenda.

La reunión de Oasis no es solo una sorpresa, sino un momento largamente esperado por millones de fans en todo el mundo. Desde su separación en 2009, los rumores de reconciliación entre Liam y Noel Gallagher han sido constantes, pero siempre se quedaban en especulaciones. Su regreso oficial, con una presentación en vivo en el festival de Glastonbury, marca una reconciliación histórica y un regreso a los orígenes del britpop, el género que definieron durante los años 90 con himnos como Wonderwall, Don’t Look Back in Anger y Champagne Supernova. En un momento en que la música rock lucha por mantenerse en el mainstream, el regreso de Oasis trae nueva vida a una escena que parecía dormida.

Mientras tanto, del otro lado del espectro musical y del Atlántico, Ozzy Osbourne se despide del escenario como vocalista de Black Sabbath, la banda que fundó el heavy metal en los años 70. Su último concierto, celebrado en Birmingham —la ciudad donde todo comenzó—, fue un homenaje a cinco décadas de oscuridad, distorsión y legado. Acompañado por Tony Iommi y Geezer Butler, Ozzy cerró el ciclo con clásicos como Paranoid, Iron Man y War Pigs. Aunque ya había dado señales de retiro en solitario, esta despedida junto a Black Sabbath representa el final definitivo de una era que cambió la música para siempre.

La coincidencia de ambos eventos en el mismo fin de semana no parece casual: representa un cruce simbólico entre generaciones del rock. Por un lado, Oasis representa el último gran estallido del rock británico en la era moderna. Por otro, Black Sabbath cierra el libro que ellos mismos comenzaron a escribir en los 70. Para los fanáticos del rock, este fin de semana es mucho más que entretenimiento: es un momento emocional, una especie de ritual colectivo donde se mezclan la nostalgia, la celebración y el luto.

Con un pie en el pasado y otro en el futuro, la vuelta de Oasis y la despedida de Black Sabbath dibujan un nuevo mapa para el rock. Es historia viva, escrita en acordes eléctricos y letras eternas. Porque aunque algunas leyendas se despiden, otras regresan para recordarnos por qué esta música sigue moviendo el alma.